Una mesa puesta con comida atrasada,
de eso hace ya una semana.
Una navaja afilada,
teñida no de sangre,
sino de manchas de carne.
Una guitarra con alguna cuerda rota,
que no ha ganado ningún festival.
Un reloj parado, muerto para siempre,
o falto de la mano que le da cuerda.
Un sombrero roto y olvidado
que nunca salió de excursión.
Un gramófono debilitado,
ya nada gira en su interior.
Rotos los bolsillos de su pantalón.
Una candela que no luce
sigue encendida a la vida.
Una frase garabateada,
borró el tiempo su mensaje.
Un chaqueta colgada
que su dueño dejó olvidada.
Una radio que suena para nadie.
Un camastro deshecho, no por dormir
sino por nunca hecho.
Ceniceros sin colillas,
tiraba la brasa al suelo.
Botas sucias que hacen agua
los días que a veces llueve.
Un calcetín abandonado,
siempre falta la pareja.
Un cubata caliente
de cola con aguardiente.
Una revista porno
con lo mismo de siempre.
Un porro en proyecto,
con boquilla. del metro el billete.
Una luz que se olvida
de que a nadie alumbra.
Y él, que siempre te soñó
muere en el balcón
al sol del verano,
teñidos su ojos en la sangre
de los atardeceres sin tí.