Dos almas enamoradas
en idílico embeleso,
dulcemente entrelazadas
intercambiando suspiros
y dejando, en cada beso,
sus ilusiones plasmadas,
plenamente realizadas
con un amor en exceso.
Dos corazones sedientos
de comprensión y ternura,
amor a máxima altura
al abrigo de los vientos
agitados, turbulentos,
de la envidia y la amargura.
La ilusión más bella y pura,
libre de llanto y lamentos.
Dos seres por siempre unidos
en un mágico sendero
por un amor verdadero
que acapara los sentidos.
Dos espíritus fundidos
en un eterno "te quiero";
un sueño imperecedero
que crece a cada latido.
Dos almas enamoradas,
dos corazones sedientos,
dos seres por siempre unidos;
y un solo amor, un destino
de sublimes sentimientos,
un venturoso camino.
Nuestras almas navegando
por el mar de los suspiros.-
Eduardo Ritter Bonilla.
26-27 de Junio de 2009.