!què bello es recordar aquel momento¡
cuando,exhorto a la luz de tu ventana,
quedè mudo, sin voz y sin alinto,
al verte tan hermosa y tan lejana.
Mas hoy sigo esperàndote entre abrojos,
sin poderte decir que, aquella tarde,
te vesè con el alma y con mis ojos,
y te entreguè mi corazòn cobarde,
çPor què, àngel mìo, yo que te quiero tanto,
te burlas de mi amor y mi quebranto,
y me hundes el puñal de tus rproches?.
Pero guardo el ùltimo consuelo
de encontrarte al final de mi desvelo,
bajo el gèlido polo de mis noches.
¿Donde estas que ya no escribes? ¡ dinos que ha sido de ti!, es quizas que no pecibes el vacio que hay aqui.