Sentimientos Quebrados

Miré tras la ventana, apariencia de la vida:
Hastío campo, mala hierba mullida.
Brisa fría de noches de invierno,
Que saja nocturna colores y ensueños.
Morir en la noche, abrazarla otra vez,
La dulce muerte con la que sueño, tal vez.
Pero llega el día y se esfuma en mi tez.
Y un rayo de sol que alumbra mi mejilla,
Y renazco bajo la luz de un nuevo día,
Estío en que el mar acaricia dulce a la orilla.
La primera flor, fragancia sencilla,
Primer olor de la embriagadora vainilla.
El cielo azul de llorar paró,
Y en mil colores el arco-iris apareció,
Mis ojos cual esmeraldas que cintilan contempló,
Al pez que del agua en saltos salió y de nuevo entró.
El vuelo altivo que emanaba ilusión,
El canto fino que emitía el ruiseñor.
Tantos sentimientos como estrellas existen en el firmamento,
Mi corazón dormido con afán abrigó,
Les dió cuidado y el mimo que jamás dió.
El verano lucía en su máximo esplendor,
Y corrían los días como el joven corredor,
Y no había noción del tiempo que existiera en derredor,
Clima tibio, llanto alegre, ¡gran cantor el ruiseñor!
Y descuidada pasó días, y pasaron más los meses,
Y pasó poeta sus días tumbada entre flor y flor,
Y que triste sensación cuando notó lo inesperado.
Tumbada poeta con los ojos cerrados,
Comprobó que de nuevo el cielo había llorado.
Y ante ella las flores que lucían de morado,
Comprobó que extintas se escapaban por el prado.
Contempló exausta como olvidaban los árboles su orgullo,
Como caían sus verdes ropajes sin miramiento alguno.
Y murió el sol que alumbraba el cielo,
Que calentaba las mejillas de la poeta cual velo.
Y su corazón maldijo su mal agüero,
Gritó en desesperación y desvelo:
¡Vuelven las solitarias noches de invierno!.
Corazón muerto, compañía ajada,
Otra vez sueña en la madrugada,
Clima gélido, llanto triste, ¡no cantaba el ruiseñor!
Y vió escrita en su cama, con palabras que inventó:
"No eres nada, estas vacía, aquel sentimiento quebró"