Aquel domingo

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En un hermoso amanecer,
de domingo despejado,
Donde la torcaz, sutil
la claraboya caminaba,
Mirando el albor,
de una mañana que auguraba,
Un descanso fugaz,
con un recuerdo que ha llegado.
Caminando solaz,confiado,
ajeno buscaba su festin,
Un sagaz gorrioncillo,
dando saltos se adentraba,
Con el blandir,
de su bella cresta, deslumbraba,
Ante el eco prodigioso.
con tonadas de violin.
Que sonando en melodia,
fascinante y orquestal,
Entonaban dulces notas.
que hacian extremecer,
Que hacen vibrar,
oscilantes,diluyentes de pasión.
Que hacen amar
En sinfonias de placer.
Glorioso dia,de reposo
de paseo,de respiro semanal
De dormilar en sueños.
majestuosos del ayer,
De alcanzar regocijos,
deleitando.tu cancion.
Y esa sonata divina y magistral
De aquel que nos da todo nuestro Dios.
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