Te compadezco. Antes caminábamos juntos,
Por los aterciopelados caminos
Con abrigos caros y palabras sencillas.
Ahora en cambio, podemos encontrar
Silencios eternos bajo tormentas sospechosas.
Antes eras dueña de mis huellas,
Fijabas tu encanto,
En las arrugas de mis ojos.
En cambio, hoy todocambio,
Tras estas manos no hay paz
Solo un lugar donde quedarse solo
Y esperar que las olas de un maremoto
Se cuelen sin aviso
En mi habitación en pleno agosto.
Sospecho. Deje de ser intransigente
Contigo y con toda la gente,
Estrechando lazos con otro nuevo mundo
Que está aquí, a mi lado,
Esperando que mis pasos
Recorran los sueños
Que dejé traspuestos cuando era niño.
Ahora no me esperes. Sé caminar solo,
Sin cuerdas de percusión
Sin tridentes gritos de oración.
Mis metas, versan en el alma,
Al compás del verbo muerto,
Sujetando la misma cantidad
De erizados lamentos
Transferidos del ordenador al cuaderno.
Y no te inquietes, trasnocho
Tras las celdas de mi cuerpo
Y recojo la antorcha de fuego
Que abrigami única tregua
Que camina con mis piernas
Unas cuantas leguas,
Más allá, donde mi vista es casi ciega.
Y el valor de unas palabras,
Hechizadas por embriagar la boca,
Con el sabor de la fresa.
El vino caliente sobre la mesa,
Espera ser servido de mis manos
A tu boca.
O de boca en boca,
Serpenteando con las manos
Por la llanuras de tu cabello.
Rindiendobajo la luz de las velas,
Tus orgasmos fingidos,
Llevando el polen a tu boca
Y las alegrías
Al vientre que nace prenatal.
Ya no te conozco, quisiste ser septiembre
En el calendario, yo me quede
Siendo agosto, y ahora,
Quiero ser la mecha de un estornudo,
Y presentarme
En cualquier fiesta sin tacones,
Vestido o disfrazado,
Totalmente desnudo,
Y ser por una vez la belleza
Que viste a una canción.