Dadme de comer...

Dadme de comer, Oh poeta
el vocablo tibio de vuestro verso,
el ala magistal de vuestra palabra.
Dadme a beber poeta,
la milenaria métrica que arraiga
en la nube de algodón todas vuestas palabras.
Déjadme sentir, como chiquilla
en medio de vuestra nidada, para que me abraceís
con tiento en lo íntimo de mi alma.
Mostradme en la niña de vuestros ojos,
un lirio azul que late fuerte
bajo el calor de vuestra almohada
para que en los días grises
sienta cercano "un cachito de cielo"
palpitar en el jardín prístino
donde los sueños están intactos
y a pesar de la fuerte lluvia
prevalecen siempre en el alba.
2002