Recuerdo aquellas tardes rosadas,
el sol se ponía por el ocaso,
tú voz sonaba a despedida,
pero tus palabras eran claras.
Tú mundo tú esposo e hijos,
tus amigas... para todas un ejemplo,
tus flores en los balcones...
las que mejor aroma daban.
Eras la amiga que daba
y con tus dulces palabras nos deslumbrabas,
y el consuelo dabas a todo aquel
que lo necesitaba.
Y te marchaste, pero esta noche de dolor
mirando a las estrellas, vi una de nueva,
una nueva que brillaba, parpadeando...
era una chispa, era tú luz.
No sé el lenguaje de las estrellas
pero me parecíó que me decías:
AMA MUCHO, Y SERÁS AMADA...
AMIGA gràcias por tu último brillo...
y tus palabras de amor...
en esta noche estrellada.
CARMINA 17/7/2007