Paseando por el campo,
me encontré con una flor,
como no la conocía
su nombre le pregunte.
Respondió con sencillez,
ante mi ignorancia obtusa.
Soy margarita silvestre,
tal vez de las más sencillas.
¿Y tu quien eres?.
Me pregunto a mí la flor.
Soy José, tan solo un hombre,
que disfruta al verte a ti
al contemplar tus colores.
Agradecíome el cumplido
la sencilla margarita,
y abrió su flor toda entera
para estar aun más bonita.
Muchas gracias, yo le dije
por mostrarte tan hermosa,
aunque de cualquier manera
eres una flor preciosa.
Los pétalos interiores
el rubor los torno rojos,
y tal vez avergonzada
se cubrió entre otras flores.
¿Por que te escondes de mí,
si es verdad lo que te digo?
pues aun siendo tan sencilla
eres la flor más bonita
que en mi vida he conocido.
J.G.L.