Con los ojos cerrados
Y los brazos abiertos,
De rodillas, cabizbajo,
Lloroso, oro al cielo.
Toco tu puerta, Señor,
¡Cuánto pesa esta carga!
No puede sola mi alma
¡Ya no aguanta más dolor!
Perdida está mi vida
Si no hallo tu perdón,
Cura mi alma herida,
Limpia mi pobre corazón.
Lávame con sangre preciosa
Derramada allá en la cruz,
Disipa la bruma engañosa,
Haz que cambie de actitud.
Enciende tu luz en mi camino
Para que no tropiecen mis pies,
A mi existencia, dale sentido,
Haz que vuelva de nuevo a nacer.
Desata la vana tentación,
Del mal que nunca se sacia.
Entra a mi vida, Señor,
Lléname de tu gracia,
Ya no hay temor en mi alma
Tú estarás siempre conmigo;
Y aunque aceche el enemigo,
No le servirá de nada.
Llena de noble sonrisa
Cada espacio del corazón,
Hazme ver una nueva vida
Con los ojos puros del amor.