He estado deseando un corazón, para sentir sus latidos dentro de mi pecho. He estado deseando sangre, para sentir su escalofriante recorrido por mis venas. He deseado un par de pulmones para echarle un suspiro al viento y al tiempo. Antes lo tuve, y ahora lo deseo. Antes no me di cuenta que tenía un corazón porque en lugar de sentir sus latidos me preocupé más por el tic tac del reloj. Antes, no me di cuenta que sangre recorría mi cuerpo porque me preocupé más porque mi carro tuviera suficiente gasolina para transportarme. Antes no tuve tiempo para suspirar porque estuve demasiado ocupado tratando de que la vida no me rebasara. Ahora, que no soy más que huesos dentro de una caja, me doy cuenta que olvidé lo más esencial, me olvidé de vivir. Me olvidé de disfrutar las sensaciones que sobrepasan las acciones. Me olvidé de que tarde o temprano llegaría ésto, al abandono y al olvido. Con un único deseo, deseando tener, por lo menos por un minuto EL DON DE AMAR.