El silencio se apodera del crepusculo,
Cubriendome con un manto de frio y soledad;
Invitandome asi a escribir este opusculo,
Al ver la apasibilidad de mi entorno rasgado,
Por el llamativo brillo de una estrella fugaz.
Cierro mis ojos, pidiendo un deseo,
Acto reflejo que un dia me llegaron a inculcar;
Mas cuando lo hago, tu rostro veo,
Y en nuestra historia comienzo asi a reflexionar.
Tu sabes que somos dos extraños,
Que el destino ha llegado adosar;
Y aun que igual nos hizo un tanto huraños,
Con la misma intensidad llegamos amar.
Sin embargo ceder es un algo que desconocemos,
O fingimos nunca haber llegado a percibir;
Y con orgullo en la vida nos desenvolvemos,
Aun cuando vacio se ha vuelto nuestro existir.
Dos extraños somos en la vida,
Opuestos,
Pero con el mismo deseo de amar;
Y al hacerlo nuestra causa no es perdida,
Por que sabemos lo que es la entrega en verdad.
E inexorable tu eres mi sino,
Sin embargo no lo quieres aceptar;
Y me sumerges denuevo en un destino,
Que frio e inhospito,
Solo tu puedes cambiar.