No quiero pasar por alto un minuto,
nunca deseo otra cosa que mirarte
ni dejo un solo espacio sin pensarte.
Por tener en mí te hago diminuto.
Mi piel transpira tu aroma y es rocío,
en la boca guardo atrayente fragancia,
que complace mi alma con toda ansia,
cual roce de tu boca, extasía al mío.
Te amo cara al mundo sin pensar,
eres la que puedo poseer sin pecar
estás en mi alma sin lío en laberinto.
No hay ser en la tierra tan sublime,
tan amado, que amando todo exime.
Amada mía, contigo vivir, es distinto.
Autor: Alcibíades Noceda Medina