¡Qué poco, poco es una vida
para amar bien a una mujer!
Breve como suave brisa
el tiempo de tocar su piel.
Estrecho el espacio bendito en
que, como Santa Catalina,
el suelo besar y besar,
al ver el alma que ahí pisa.
Si el amor es una condena,
¡que mi sentencia sea eterna!
Y que sea un fornido Sísifo,
y tu corazón, no una piedra,
suba a un éxtasis vivo y cíclico,
del que se asombren mil estrellas.
Y que sea siempre un rey Midas,
Y, que por avaricia de ti,
hasta la flor que rozo aprisa
plena se convierta en ti por mí.
Y que sea Beren y tú
Lúthien Tinúviel, La más Bella,
y encontremos con tu azul Luz
Las Tierras Imperecederas.
¡Qué poco, poco es una vida
para amar bien a una mujer!
Si el amor es una condena,
¡que mi sentencia sea eterna!
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!