MEMORIAS FRENTE A UN TRAGO
Un copa de vino, me inspiro a brindar por los recuerdos,
sin querer me enfrasque, en el recuento de los hechos,
en cuestión de instantes, me convertí en carruaje de memorias,
por entender que llevo a cuestas, un cargamento de historias.
Que van: desde aquel beso que le ofreciste a mi llegar,
y la caricia del destello, que sin condición me dio tu mirar,
del respiro hondo, que me acurrucó entre tu pecho,
el perfume que me devolvió, a mis cabales por completo.
De la confianza que tendiste en aquella cama,
la que sin chistar palabra, a su ceno invitaba,
a sus sábanas impecables que semejaban páginas blancas,
despertando a plasmar, lo que se inspiraran nuestras almas.
El aroma del vino, me hacía ir y venir a dos tiempos,
al ayer que le presume, a estos impotentes momentos,
vivencias que dejan, pasmada la mirada con su encanto,
embrujo que dejó en la mesa, ese trago sin probarlo.
José Estrada